
Dividida en diferentes ámbitos, la exposición no pretende ser un recorrido cronológico a través de los discos y conciertos del cantante sino que nos propone una experiencia íntima a través de los paisajes simbólicos que han conformado el imaginario del cantante ampurdanés; nos invita a un juego de descubierta que da forma física a sus palabras y a su música. Y para conseguirlo la exposición nos muestra objetos que forman parte de sus canciones en un entorno teatral y mágico, en que la luz, el sonido y la escenografía nos invitan a soñar. Incluso, a través de una innovadora experiencia immersiva, podremos volver a ver y escuchar a Lluís Llach al piano, que nos cantará casi a la oreja "Com un arbre nu".
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