Desde el pasado mes de noviembre y hasta el próximo 12 de abril, podemos ver en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona) una exposición, muy recomendable, dedicada al fotógrafo barcelonés Antoni Arissa que lleva por nombre "Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936".
Se trata de la primera exposición antológica dedicada a Arissa,
uno de los grandes representantes de la vanguardia fotográfica del
primer tercio del siglo XX, cuyo trabajo, sin embargo, ha permanecido
desconocido durante mucho tiempo.
La exposición está compuesta por más de 160 fotografías en blanco y negro que
recorren su trayectoria profesional a través de tres bloques
estilísticos: el pictorialismo, entre 1922 y 1928; la evolución hacia
las soluciones visuales de la modernidad hasta el comienzo de los años
treinta y la Nueva Visión, desde 1930 hasta 1936, cuando Arissa se
incorpora plenamente a las vanguardias fotográficas. Una trayectoria dedicada a la fotografía artística y no al fotoperiodismo como era lo habitual en su época.
Sus
inicios en la fotografía se producen a comienzos de los años veinte,
cuando compagina su labor como fotógrafo con su trabajo en la imprenta
de su padre. En la primera etapa, su obra está enmarcada en la corriente
pictorialista, surgida en 1890 en torno a asociaciones y sociedades que
pretendían el reconocimiento de la fotografía como una disciplina
artística, podemos ver escenas rurales del entorno próximo a Sant
Andreu, barrio donde nació, en las que aparecen
puestas en escena que recrean situaciones pintorescas y casi oníricas:
payeses a la hora del ángelus, ancianas solitarias en plenas labores del
campo o niños abandonados y perdidos que nos retratan una infancia
cercana
a la que encontramos en los cuentos de los Hermanos Grimm o Andersen.
A
principios de los años treinta avanza hacia una fotografía moderna,
desprovista de los ornamentos y referencias simbolistas del
pictorialismo, y se acerca a los planteamientos de la fotografía
centroeuropea, caracterizada por la composición, la forma, la línea, el
punto de vista y una iluminación que acentúa las cualidades y la
intención de los objetos fotográficos, convirtiéndose en uno de los
máximos exponentes estatales del Vanguardismo experimental entroncado
con la Nueva Visión alemana, surgida a medidados de los años veinte, que
buscaba
los encuadres sorprendentes y contraste en las formas y la luz.
Tras
la guerra civil su actividad cesará de forma radical, al parecer
la desaparición de revistas en las que publicaba sus imágenes,
provocaron su refugio en el trabajo que realizaba en la imprenta
familiar y le llevaron a dejar aparcada su cámara definitivamente.
Simultáneamente, el CCCB presenta Shadowland, una instalación audiovisual en 3D del
artista japonés Kazuhiro Goshima en la que también las sombras y la luz
son las protagonistas a través de los faros de los coches por la noche
en una gran ciudad.
Recuerda
que la exposición "Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936" permanecerá hasta el 12 de Abril en el CCCB situado
en la Calle Montalegre nº 5, de martes a domingo de 11:00 a 20:00 horas.
Los lunes no festivos está cerrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario