Desde pequeño Josep M. Rodríguez Guerola se sintió muy atraído por la pastelería, por lo que decidió dedicarse a ella profesionalmente, tras finalizar sus estudios en la Escuela Hoffmann, realizó un largo viaje de aprendizaje en grandes obradores de la geografía española como el de Oriol Balaguer, Foix de Sarrià, Pasteleria Totel y también en magníficos restaurantes como el Miramar (2 estrellas Michelin), Zuberoa (2 estrellas Michelin) y Merlot.
Además, en su empeño por seguir aprendiendo y creciendo profesionalmente en el sector de la pastelería, estuvo también un tiempo en París, donde trabajó en el Restaurante Ze Kitchen Galerie, y aprendió la fusión entre la tradición francesa y oriental, y por si fuera poco pasó por una de las mejores pastelerías francesas, la Pastelería Fauchon, y pudo vivir la modernización de un clásico eterno.
Finalmente, con tan sólo 26 años, y gracias al soporte de su familia en el 2012, Josep M. Rodríguez abrió su propia Pastisseria en el nº 228 de la calle Aragón, donde os recomiendo que os acerquéis si queréis conocer la Pastisseria y así poder deleitaros probando cualquiera de los exquisitos pasteles creados por el propio Josep M. ya que cuenta con una zona para desgustar en su propio establecimiento.
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